Una fiesta alrededor de la luz
La celebración de este día se remite al 8 de diciembre de 1854, cuando el Papa Pío IX definió, con la Bula (documento pontificio) Ineffabilis Deus, como dogma la absoluta proclamación de que María concibió al hijo de Dios en estado puro y virginal.
Las velas se encienden para agradecer a Dios por todos los favores recibidos. Sin embargo, desde milenios el fuego ha despertado en los hombres un sentimiento muy especial: salir de la oscuridad para entrar a la luz, a la verdad y a la vida eterna.
Comparta está sana tradición en compañía de sus familiares y seres queridos. Que la luz de estas velas le guíen hacia la realización de sus metas.
PORQUE TÚ ERES PARTE DE LA TRANSFORMACIÓN QUE TODOS QUEREMOS